A pesar de pertenecer a la misma superfamilia, los lémures presentan diferencias en las etapas de su ciclo de vida, y la reproducción es una de ellas. Describir esta parte en pocas palabras es casi imposible, pues con cada lémur se describen ciertas particularidades que no están presentes en todos. Es por ello que te explicaremos el ciclo reproductivo de estos primates utilizando rangos numéricos que los abarcan a todos ellos.
Como en todas las especies del reino animal, toda relación comienza con la comunicación, solo que los lémures emplean mayormente el sentido del olfato para detectar a miembros del sexo opuesto disponibles.
Los nacimientos son de una a seis crías.
Los apareamientos suelen durar poco menos de tres semanas año con año. Los tiempos de los lémures parecen minuciosamente sincronizados, pues el período de cortejo, con los apareamientos y la gestación, dan como resultado nacimientos dentro de las temporadas de mayor disponibilidad de alimentos, por lo que las crías tienen la oportunidad de alimentarse adecuadamente y desarrollarse mejor.
El desarrollo de una cría en el interior de la madre tiene una duración variable, pero generalmente se mantiene dentro de 102 a 170 días. En algunos casos dan a luz a una sola cría, pero en otros se reportan hasta seis recién nacidos, como es el caso del lémur rufo blanco y negro (Varecia variegata). Alcanzan la madurez sexual al año o a los tres años y medio.
Las madres y las crías tienen muchos vínculos afectivos sea cual sea la especie. En algunos lémures, otros miembros de la comunidad tienen la responsabilidad de cuidar a los más jóvenes y protegerlos en caso de peligro.
Los pequeños indefensos se aferran a la zona ventral de la madre por tres o cuatro semanas, y al pasar este tiempo se mueven hacia la espalda de su protectora. A esta edad prueban alimentos sólidos y pasados tres o cuatro meses, los hijos que ya no son tan pequeños comienzan a utilizar sus propios medios para andar. A los seis meses son destetados por completo.
Una hembra que sale en busca de comida junto con su cría en el abdomen y se ve en la necesidad de bajar al suelo firme para cruzar de un lado a otro, vigila a su alrededor para evitar a los depredadores, se asegura de no correr riesgos y finalmente se mueve a toda prisa. Lo más sorprendente es que el pequeño nunca se suelta, aún con los intensos movimientos de su protectora.
Un dato muy interesante revelado por los científicos, es que los lémures pueden verse afectados en sus tiempos de reproducción debido a su ubicación geográfica. Un ejemplo de ello podemos observarlo en los lémures ratón que nacen entre los meses de septiembre y octubre en estado natural dentro del hemisferio sur, pero nacen de mayo a junio dentro de ambientes artificiales en el hemisferio norte.
La expectativa de vida de los lémures es variable en la naturaleza y en cautiverio. Todo depende de las condiciones en las que se desarrollen. Por lo regular, en estado natural viven la mitad del tiempo que lograrían en un ambiente artificial o bajo los cuidados humanos; sin embargo, vivir en total libertad es lo que se busca para estos animales.
En décadas pasadas se creía que podían vivir alrededor de 23 años, pero ahora se sabe que las especies más grandes tienen la oportunidad de alcanzar los 30 años.